La última década hemos podido ver un cambio exponencial en lo que se refiere a teléfonos móviles.
Aun se recuerdan algunos antiguos aparatos donde solo se podía jugar a la viborita en pantalla blanca y verde.
Los teléfonos celulares han pasado de ser desde como ladrillos a entes “inteligentes”.
Así han ido evolucionando las generaciones de los celulares:
1G – En la Primera Generación solo era posible la transmisión de voz
2G – En la Segunda Generación nacieron los mensajes de texto
3G – Con la Tercera Generación fue posible por primera vez navegar en la web
4G – y con la Cuarta Generación se alcanzaron Mayores Velocidades de Acceso
Ahora
con el 5G se pretendería poder controlar dispositivos digitales en
nuestras viviendas y ciudades, masificando el llamado internet de las
cosas y la inteligencia artificial a cada uno de los aspectos de nuestra
vida, es decir que a través del internet se podría controlar no tan
solo el celular o la computadora sino por ejemplo: una cámara
fotográfica, un equipo de música, un reloj, una impresora, una lámpara,
un auto, un semáforo, dispositivos de seguridad y cuanto pueda imaginar.
Otra característica es que es posible la realización de comunicaciones a través de hologramas (proyección de imágenes 3d de apariencia real en superficie o sin necesidad de pantallas).
Este aparente avance tecnológico podría traer supuestos beneficios más sin embargo el riesgo de que un ente pudiera tomar un control prácticamente total de todas las facetas de nuestras vidas es un costo muy alto que no se debería pagar.
Debemos estar muy alertas y usar con alta moderación estos “avances”.
Y aún podría ponerse peor porque inclusive se puede relacionar todo esto también a temas de salud pública. La cantidad de nuevas antenas y características mucho más densas de las frecuencias y campos electromagnéticos de alta frecuencia de esta tecnología expondrían mucho más a las personas a una mayor radiación.
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